¿Un crepe?

Se ha convertido en una de mis cenas favoritas. Un delicioso y esponjoso crepe de espárragos, cebollita, queso de cabra y nueces. Rico Rico.

Distancia focal: 35 mm.
Velocidad de obturación: 1/80s
Diafragma: F/1.8
Sensibilidad: ISO 100

Reto banco – La descartada

El miércoles pasado publicaba mi foto para el reto banco, de la familia fotera. Esta vez, al igual que en el pasado reto (Halloween), hubo una “descartada”. En este caso fue más fácil, ya que lo que fotografía no era bien bien un banco. Además, a esta foto, quizás le falta la fuerza de la otra.

Aun así, creo que tiene esta otra foto tiene algo…

Distancia focal: 35 mm.
Velocidad de obturación: 1/30s
Diafragma: F/3.2
Sensibilidad: ISO 100

¿Qué os parece a vosotros?

Reto banco

A por mi tercera participación en los retos de la familia fotera..

“Qué es la Familia Fotera?

Pues es un grupo de frikies amigos/blogeros, chiflados por la fotografía que no tienen nada mejor que hacer que hablar de lentes, cuerpos, focales, milímetros, en sus respectivos blogs, centrándolo en sus aficiones: viajes, reportajes, tecnología, tutoriales, etc…”

Publicado por dreamflow en http://www.dreamflow.es/familia-fotera

En este caso se trataba de fotografiar un banco. Yo aproveché mi excursión a la Fageda d’en Jordà para fotografiar este “paisaje” otoñal en una pequeña rambla en Olot. Al parecer, con la llegada del otoño, deciden no limpiar las aceras… ¡No sé si es así realmente, pero de serlo, gran decisión!

Podéis ver el resto de participantes haciendo clic aquí.

La Fageda d’en Jordà (bosque tenebroso)

Con esta entrada acabo de publicar las fotos que saqué hace ya dos semanas en la Fageda. Después del otoño y del árbol caído toca el turno al bosque tenebroso…

¿Cuál de las tres entradas os ha gustado más?

La Fageda d'en Jordà (el árbol caído)

En la anterior entrada comentaba que publicaría más fotos de la Fageda, aunque con una “mirada” distinta. Pues aquí tenéis 3 de ellas, bajo el título de el árbol caído.

 

Espero os gusten.

La Fageda d’en Jordà (Otoño)

Hace años que tenía ganas de ver la Fageda d’en Jordà, un bosque muy conocido aquí en Cataluña. Se encuentra en la zona volcánica de la Garrotxa y puede ser recorrido de arriba a bajo a través de varios itinerarios, a cual más interesante. Es especialmente atractivo en otoño, cuando los árboles pierden sus hojas y crean una tupida alfombra de hojas secas. Debido al cálido pero lluvioso otoño que hemos tenido, los colores ocres de las hojas caídas contrastaban con los verdes intensos del musgo que cubría rocas y árboles.

Era muy curioso ver los distintos tonos por los que pasa una hoja en un mismo árbol, desde el verde vivo al marrón más triste.

Ahora dejamos el bosque…

… para irnos al cráter del volcán de Santa Margarida.

Y ya para acabar, al menos por hoy, un árbol probablemente centenario.

Próximamente colgaré más fotos de la Fageda d’en Jorda, aunque con una mirada distinta…

En la tierra como en el cielo

¿Algo así dice el “padre nuestro”, no?

Distancia focal: 35 mm.
Velocidad de obturación: 1/250s
Diafragma: F/13
Sensibilidad: ISO 100

Leña y más leña

Como comentaba en ésta otra entrada, en Llívia estaban muy preparados para el invierno desde septiembre…

Distancia focal: 35 mm.
Velocidad de obturación: 1/250s
Diafragma: F/1.8
Sensibilidad: ISO 100

Atardecer junto al mar

A principios de esta semana me acerqué a una playa de Roda de Barà, provincia de Tarragona, para probar un filtro polarizador que compré unos pocos días antes. Hace tiempo que tenía ganas de tener uno, ya que había leído que mejoraba sustancialmente los cielos (haciéndolos más azules y resaltando las nueves) a la vez que eliminaba los reflejos del sol en el mar, por ejemplo. Vamos, un “indispensable” en la fotografía de paisajes.

Sólo tienes que colocarlo en la cámara e ir girando la arandela del polarizador para darte cuenta que no es un cuento chino. Según vas girando vas observando por el visor de la cámara como los colores van cambiando. Utilizarlo es fácil, aunque si pones enfoque manual tienes que ir con cuidado de no desenfocar al girar el polarizador.

Os dejos unas cuantas fotos ilustrativas. A ver que os parecen:

El balance de blancos de todas las fotos es el adecuado. Es decir, no he desvirtuado los colores cambiando la temperatura. Tampoco he tocado los colores en post-edición, aunque si que les he dado algo más de presencia ajustando levemente la intensidad y saturación. Si aun así queréis ver las fotos tal cual salieron de la cámara, me lo comentáis.

Por último decir que están ordenadas según fueron disparadas, para que podáis ver el atardecer.

Halloween – La descartada

Para el reto Halloween realicé, además de la foto ya publicada aquí, una foto algo más… terrorífica pero que se adaptaba menos a la pequeña historia que comentaba. ¿Qué os parece la “descartada”?

Distancia focal: 18 mm.
Velocidad de obturación: 10s
Diafragma: F/8
Sensibilidad: ISO 100

Halloween - Compañía en mitad de la noche

En la entrada anterior publicaba una pequeña historia para la noche de Halloween a la que le faltaba la foto con la que participar en el reto Halloween de la familia fotera.

Para los que no halláis leído aun el pequeño relato, aquí lo tenéis de nuevo, aunque esta vez debidamente ilustrada…

 

Un día más algo me despierta en mitad de la noche. En ese mismo instante sé que, igual que ha venido sucediendo en las últimas semanas, algo va a pasar. Mi cuerpo sudoroso empieza a sentir como una pequeña pero fría brisa lo recorre de arriba abajo, haciendo que me estremezca ligeramente. A continuación noto como una respiración agitada, procedente de mi lado derecho, provoca que mi corazón se encoja. Intento recordar si esta noche mi novia duerme conmigo y, como para ayudar a mi cerebro dormido, extiendo el brazo en busca de ella. Acto seguido mi mano acaricia su largo y sedoso pelo y, también acto seguido, recuerdo que ella se encuentra esta noche en casa de sus padres. Recojo el brazo rápidamente mientras mi corazón, aun encogido, late con fuerza mientras mi cuerpo vuelve a estremecerse, aunque esta vez de terror. Permanezco así durante unos segundos que se me hacen eternos, sin poder protegerme con la sábana que se encuentra a mis pies, como había hecho muchas otras veces cuando era pequeño. Pasados esos eternos segundos mi corazón recupera su latido normal y sé que vuelvo a estar sólo en mi cama y, como para comprobarlo, vuelvo a extender mi brazo. Esta vez no encuentra nada que acariciar, pero si siente el calor que ha dejado esa cosa fría que me hacía compañía segundos atrás. Hace unas semanas hubiera estado inmovilizado por el miedo durante unos cuantos minutos y, quien sabe, si sin dormir en lo que quedaba de noche. Sin embargo, esta noche es distinto. Es como si esa cosa que me visita regularmente empezara a ser conocida…

Antes de volver a dormir intento convencerme de que todo ha sido un sueño, aunque sin éxito.

 

Podéis ver al resto de participantes haciendo clic aquí.