El sueño Ferrari

El otro día, paseando por el puerto de Segur de Calafell, me llevé una grata sorpresa, la de ver un bonito e impecable Ferrari aparcado. Y es que ver un Ferrari siempre es un acontecimiento especial, independientemente del modelo del que se trate. Lástima no poder verlo en marcha y escuchar el bramido de su V8.

 

Mientras hacía las fotos apareció un flamante nueveonce, no se que versión era, pero diría que o un Turbo o un GT. La verdad es que no sonaba mal… No me fijé mucho en él, no quería darle el gusto al conductor de que pensara que su nuevo Porsche hacía que el ya veterano Ferrari se convirtiera en mi segundo plato. Seguro que eso le dolió…

 

El Ferrari era un F355 GTS, el Ferrari de motor central que se produjo entre los años 94 y 99, según mi biblia Ferrarista. Todo y ser de la década de los noventa, y por tanto ser sólo un coche viejo (sin haber llegado aun a la categoría de clásico), su cotización se sitúa entre los 42.000 y los 66.000 euros, que no está nada mal.

 

Y ahora, el coche. Eso sí, desde donde lo podemos ver los pobres…

 

 

Distancia focal: 55 mm.
Velocidad de obturación: 1/200s
Diafragma: F/8
Sensibilidad: ISO 100

 

 

Distancia focal: 55 mm.
Velocidad de obturación: 1/200s
Diafragma: F/5,6
Sensibilidad: ISO 100

 

 

Distancia focal: 55 mm.
Velocidad de obturación: 1/200s
Diafragma: F/5,6
Sensibilidad: ISO 100

 

Qué tiempos aquellos en que los Ferraris eran afilados, con la ayuda de los faros escamoteables, ahora prohibidos por su peligrosidad en caso de atropellos. ¿Y sus puertas? Con esas entradas de aire que refrigeran el corazón de la máquina. Claro que al lado de las de uno de sus predecesores, las del Testarrossa, parecen hasta vulgares…